Vibras de otoño

Empezó esa época del año en la que los días se vuelven naranjas y el frío se cuela en el viento para comenzar hacer de las suyas, el otoño.

Junto con el invierno, el otoño es mi estación favorita del año. Después de la emoción, diversión e historias que creaste en el verano este llega lento y casi como un susurro tranquilo, uno que te permite parar y observar a tu alrededor para apreciar cada momento, persona y los lugares que te rodean.

Para mí, es como si estuvieras solo en un café sentado junto a la ventana sin prisas, preocupaciones o distracciones, simplemente contemplando a las personas que pasan…imaginando sus historias, ver caer las hojas y empapándote del ambiente, la vibra del otoño: cálida, tranquila, hermosa, sonriente.

No hay nada mejor que llegar a casa y preparar chocolate caliente o hacer té; entrar a las tiendas y empaparte con los colores cálidos de las decoraciones para las fiestas. El otoño podrá ser frío y mojado en ocasiones pero al mismo tiempo es cálido, las relaciones comienzan a florecer…y sí, lo sé, no es primavera pero creo que este nos acerca más a las personas, hace crecer en nosotros algo que ninguna otra estación logra.

Muchas personas me preguntan ¿cómo es que me gusta esta época del año con el frío? Y agregan “el verano es la mejor época”, pero entonces no lo comprenden. En el verano la adrenalina está a full, nos emocionamos por escribir nuevas historias ir a lugares nuevos, conocer personas increíbles que podemos conservar toda nuestra vida o no, es como si corriéramos. Entonces el otoño te abraza y te hace saber que puedes seguir escribiendo esas historias con las emociones a flor de piel, que puedes ir más lento y tomarte tu tiempo; tiempo para disfrutar cada pequeño momento, cada objeto, cada detalle.

El otoño esta para enamorarse, para recordar, para contemplar la belleza para ir sin prisa. Esta para crear memorias y sacar sonrisas, para crear y regalar, para dar, para cosechar.

Tal vez es la mezcla de todo, las emociones y la adrenalina terminada de las noches de verano; el clima y las vibras de otoño. Quizás es ese sentimiento que crece con la época pero lo que sí es seguro es que a todos lados a donde mires habrá una historia esperando a ser escrita.